lunes, 19 de octubre de 2009

Belleza vs. salud


Llega el verano y el blanco producto del encierro en la oficina y/o departamento empieza a fastidiar. Pero las horas están abarrotadas de tareas y no queda espacio para broncearnos de manera natural. Llegamos a casa de noche y el sol ya se echó a descansar. Sólo queda una única opción en nuestro abanico. Ésta nos toma unos pocos minutos, es simple y eficaz.


Muchos escogen la forma más rápida de lucir una tonalidad caribeña a pesar de que la Organización Mundial de la Salud tildó de cancerígenos los efectos provocados por la empleo de camas solares. Tres meses atrás este organismo desterró una polémica, que provenía de antaño, sobre las posibles consecuencias patológicas para la salud.


Una investigación, publicada en la revista Lancet Oncology, llevada a cabo por expertos de la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer, (perteneciente a la OMS) sentenció que el riesgo de padecer melanoma cutáneo (cáncer de piel) aumenta un 75% cuando se usan aparatos de bronceado artificial antes de los 30 años. Se elevó así la calificación del uso de las camas solares de “probablemente carcinogénicas en humanos” a “carcinogénicas en humanos”.




El video lo tomé prestado de aquí
En algunos puntos del país hace tiempo que comenzaron a tomarse medidas de prevención en este sentido. En la ciudad de Buenos Aires, el uso de camas solares por parte de menores de 18 años está prohibido desde junio de 2006.


Tampoco en la ciudad de La Plata los menores pueden hacer uso de estos aparatos, ya que en septiembre de 2008 el Concejo Deliberante promulgó una ordenanza (la Nº 10.425) similar.
Fernando Stengel, miembro de la Fundación del Cáncer de Piel Argentina sostiene que no debe haber médicos en los Solariums: "La presencia de un dermatólogo en un centro solar crea una situación incompatible: el cliente va a broncearse y el médico tiene que decirle que no lo haga. Poner un médico es legitimar equipos que fueron declarados carcinogénicos".


A partir de la confirmación de una prolongada sospecha y las críticas fervorosas por parte de los especialistas a este mecanismo de bronceado inmediato conviene poner en la balanza si la palidez del enclaustro justifica exponerse a una técnica tan cancerígena como el tabaco.


Fuentes empleadas:




http://www.clarin.com/diario/2009/10/17/um/m-02020903.htm